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Con algo de frecuencia aparece alguien por ahà que dice “dÃganme cómo llevar a mi hijo al colegio o como transportar las cosas del supermercado y ahà me muevo en bicicletaâ€. Existe la creencia que la bicicleta no sirve para el transporte de pasajeros y carga. Casi no se piensa en ellas para los viajes que implican el transporte de algo o alguien.
Pues, para sorpresa de muchos, la bicilogÃstica existe y ha estado sirviendo a las personas y a la ciudad tanto como la bicicleta misma.
Penny Farthing en la década de 1870
A comienzos de 1870 hace su aparición la bicicleta de rueda alta o “penny farthingâ€. Fue el primer vehÃculo de estas caracterÃsticas en ser llamado bicicleta, pero su diseño las hacÃa poco prácticas e inestables. Para conseguir estabilidad con mayor facilidad aparecieron los primeros triciclos y cuatriciclos, en los que naturalmente se aprovecharon los espacios resultantes para acomodar carga.
Triciclos de James Starley, 1877
Con la invención de la bici de seguridad, cuando se igualó el tamaño de las ruedas junto con la incorporación de la cadena a la rueda trasera por allá por 1880, la bicicleta se transformó en un medio de transporte universalmente conveniente, con lo que casi de inmediato los primeros adinerados pedaleros comenzaron a transportar sus cosas. Los médicos sus maletines, los abogados y contadores sus papeles y libros.
Las respuestas de diseño para satisfacer las demandas de la bicilogÃstica no se hicieron esperar y han sido constantemente perfeccionadas por mas de 100 años. Desde las parrillas y bolsos, desde los cuatriciclos y triciclos, a las bicicletas de carga, las extendidas y carros de arrastre, poco a poco comenzaron a aparecer diferentes tipos de vehÃculos impulsados a pedal y se amplió el abanico de opciones para el transporte. Junto a la bicilogÃstica personal apareció instantáneamente la bicilogÃstica comercial, donde panaderÃas, carnicerÃas, servicios postales y mensajerÃa, bomberos y plomeros adoptaron la bici como herramienta clave para el desarrollo de sus negocios y oficios.
Long John danés, su diseño data de 1923
Bullitt, bicicleta de carga de diseño danés basado en el Long John, 2008
Panadero y lechero en Londres a principios del siglo XX
El moderno triciclo de carga inclinable diseñado por Butchers & Bicycles, 2013
Cabe preguntarse hoy ¿cuán factible es el transporte de bienes y pasajeros en bicicleta en el contexto actual de nuestras ciudades? Más de 100 años de historia han demostrado que es conveniente y eficiente hacerlo. Innovaciones recientes en este tipo de vehÃculos confirman hoy que la bicilogÃstica sigue más vigente que nunca y que las ciudades la necesitan. Sólo es cosa de ver el boom que han tenido este tipo de vehÃculos en ciudades alrededor del mundo asà como también los diversos nuevos diseños que han ingresado al mercado los últimos 6 años, como el Bullitt, diseño danés basado en su ancestro compatriota, el  Long John, cuyo diseño original data de 1923 o el recientemente aparecido triciclo inclinable de Butchers and Bicycles.
Una serie de preguntas debe ser contestada para dar paso a polÃticas públicas que favorezcan esta práctica. ¿Cuántos de los viajes motorizados que se hacen hoy para transportar carga podrÃan ser hechos en bicicleta? ¿Cuáles son los tipos de viajes que se pueden hacer aplicando bicilogÃstica? ¿Cual es el umbral de carga y/o la distancia en que la bicilogÃstica puede ser más eficiente que los modos motorizados actuales?
Y hay muchas más que contestar en el contexto latinoamericano. Europa tiene bastante experiencia en este sentido y aún asà estas preguntas siguen siendo completamente válidas. Por más de 100 años varias ciudades han obtenido los beneficios del transporte de carga en bicicleta. La iniciativa CycleLogistics busca establecer el estado actual de esta actividad en el continente para establecer las acciones necesarias para potenciarla. Las conclusiones preliminares indican que un 51% de los viajes motorizados relacionados con el transporte de bienes podrÃan hacerse en bicicleta. Esto tomando en cuenta distancias hasta 7k/m con carga hasta 200 kilogramos por metro cúbico.
Que en América Latina haya muchas, pero muchas más preguntas que contestar hoy, no significa que la bicilogÃstica no exista ni sea aplicable. Al contrario, la bicilogÃstica está activa, pero injustamente oculta. En Chile es común ver negocios de barrio, botillerÃas, panaderÃas, pescaderÃas el incluso empresas de gas que hacen sus repartos en bicicleta. Trabajadores como plomeros y jardineros utilizan la bicicleta como vehÃculo. Correos de Chile, Chilexpress y otras compañÃas postales hacen sus repartos en bicicleta en lo que comprende los últimos kilómetros de la cadena. Incluso en los últimos 10 años varias iniciativas han surgido en torno a la mensajerÃa y bicilogÃstica comercial, como las desaparecidas Circuito Postal (una de las primeras) y Velocity. Hoy Ekeko Mensajeros y Bicimensajeros, por nombrar algunos, ingresan con nuevos aires a atender una demanda creciente en Santiago.
Transporte de cilindros de gas, Ñuñoa, Chile
Rumbo al jardÃn. Providencia, Chile
Con los hijos en el Bullitt, Santiago, Chile. Foto: Pierre Kiroule
En el resto del continente es conocida la cultura del delivery presente en las principales ciudades argentinas (cadenas de comida rápida, pizzerÃas, farmacias), en Bogotá se reparten cervezas, gaseosas, agua, vegetales, golosinas e incluso vidrios mediante la fuerza del pedal. RÃo de Janeiro destaca con una amplia diversidad de negocios como tiendas de colchones, venta de agua, lavanderÃas y tintorerÃas, etc. Es precisamente en esa ciudad que la ONG Transporte Ativo junto a ITDP desarrollaron una iniciativa pionera que catastró negocios del barrio de Copacabana que utilizaban la bicicleta y otros vehÃculos a pedal para distribución. Cuantificaron que diariamente se efectúan más de 23.000 viajes relacionados al transporte de bienes en bicicleta.
Venta de comida, Bogotá
Distribución de cerveza, Bogotá
Camino a abastecerse, Buenos Aires, Argentina.
Venta de agua y hielo, Rio de Janeiro, Brasil. Foto: Dylan Passmore
Repartiendo colchones y otros elementos relacionados con el sueño y el descanso, Copacabana, Rio, Brasil. Foto: Ze Lobo
Sin duda hay un tremendo potencial en la bicilogÃstica personal y comercial, parte de sus beneficios son la reducción de viajes motorizados, nulo consumo de combustibles, baja demanda de espacio vial y disminución de congestión en las zonas más densas, entre otras.
Las polÃticas públicas pueden y deben favorecer el uso de la bicicleta. Teniendo la bicilogÃstica en mente, se podrÃan ampliar de manera importante los alcances prácticos de la bicicleta para usuarios directos y beneficiarios de esta actividad.
Dada la relevancia de este ámbito del transporte urbano es que en BicivilÃzate iniciamos este 2014 con un proyecto dedicado a conocer el estado actual de la bicilogÃstica comercial en la comuna de Providencia, que nos entregará los primeros datos para promover medidas que fomenten esta actividad.
Muévete en bici hoy, será un buen dÃa.