Iba camino a casa y la vi conversando con el dependiente de una tienda de ventanas. Se informaba un trabajo que le estaban haciendo. Era ella, la señora de la nota La
Le conté que habÃa resultado de inspiración para mucha gente. Se emocionó, y como no, si hasta de Brasil la felicitaban en los comentarios. Me contó de su bici, la heredó de unos conocidos. Es alemana, me dijo.
Pedalea desde el año 74, número que coincide con su edad. VivÃa en San Diego con Matta en esa época y pedaleaba a la comuna de Vitacura casi a diario. Se dedicaba harto a la costura, hoy un poco menos. Cotidianamente recorre las calles de Ñuñoa haciendo sus actividades, siempre vinculada a los negocios de barrio y saludando alegremente a todos de “vecino”.
Me contó también que no le gustan las actuales ciclovÃas. Dice que están mal hechas, no permiten ver, “se pierde visibilidad” y son incómodas. Vaya urbanista que resultó ser. Insistió en que el alcalde supiera su historia para que haga mejoras de verdad.
Alfonsina se entusiasmó mucho con eso de inspirar a la gente a pedalear. Verla en la calle, pedaleando con su calma y su gracia, resulta un ejemplo para cualquiera. La felicitan con frecuencia y ella lo agradece.
Una vez tuvo un mal rato con un taxi, salió un poco machucada y los médicos no podÃan creer el buen estado en el que se encontraba para su edad. Disfruta mucho de su bici y lamenta haber perdido el manubrio y los pedales originales en ese incidente. Ya son 38 años de pedaleo y sigue agradeciendo a su medio de transporte.
Alfonsina es notable.
Muévete en bici hoy, será un buen dÃa.